Tres hábitos que mejorarán tu patrimonio neto

Tres hábitos que mejorarán tu patrimonio neto

Conectar nuestras finanzas con nuestro propósito no es algo tan confuso como parece. Todos tenemos una idea aproximada de cuánto dinero necesitaríamos para vivir la vida plena que imaginamos para nosotros. Pero que sepamos lo que queremos lograr no significa que sepamos cómo hacerlo realidad. Existen pasos que nos acercan a las metas financieras que anhelamos. Empezar hoy a construir tu patrimonio solo traerá más oportunidades para hacerlo crecer mañana.

Los primeros pasos hacia ese objetivo pueden resumirse en tres acciones y hábitos clave:

  1. Determinar cuál es nuestro patrimonio neto

  2. Hacer un seguimiento mensual de nuestro patrimonio neto

  3. Establecer una meta en torno a nuestro patrimonio neto

1. Determina tu patrimonio neto

Calcular tu patrimonio neto es un primer paso fundamental para saber en qué punto te encuentras en el camino hacia tus metas financieras.

Un recurso publicado por Kiplinger explica que tu patrimonio neto es la cantidad de dinero que tendrías si vendieras todos tus activos y pagaras todas tus deudas.

Para calcularlo, lo primero es reunir información sobre tus activos. Determina cuánto tienes actualmente en todas tus cuentas: cuentas corrientes, cuentas de ahorro, certificados de depósito (CDs) y fondos de jubilación y pensiones. También debes incluir el valor de mercado actual de tu vivienda, vehículos, antigüedades y joyas, así como el valor en efectivo de cualquier póliza de seguro de vida que tengas. Una regla general es que, si algo tiene valor hoy, deberías contarlo como un activo.

En el lado de las deudas, suma todos los saldos pendientes que tengas. Cualquier cosa que debas entra en esta categoría. Por ejemplo: hipoteca, préstamos estudiantiles u otros tipos de préstamos, saldos de tarjetas de crédito o impuestos pendientes, deberás incluirlos como pasivos. Incluso los recibos del hogar que aún no hayas pagado se consideran pasivos al calcular tu patrimonio neto.

Una vez que hayas reunido todos tus activos y pasivos, tómate un momento para felicitarte. Ya has pasado lo más difícil y has creado una lista completa que te servirá para toda la vida. Con esta lista en mano, puedes calcular tu patrimonio neto restando los pasivos del total de activos.

(Si necesitas una plantilla básica para empezar a introducir estos números, puedes usar una calculadora de patrimonio neto como esta).

2. Haz un seguimiento mensual de tu patrimonio neto

Llevar un seguimiento de nuestro patrimonio neto es un hábito financiero positivo que vale la pena construir. Saber en qué punto está esa cifra hoy es tan importante como saber dónde estará mañana.

Como mínimo, deberías registrar tu patrimonio neto una vez al mes. Es la forma de ver el impacto real de las decisiones financieras que tomamos y una herramienta que nos obliga a rendir cuentas y mejorar. Por ejemplo, si compras un coche nuevo, es probable que tu patrimonio neto disminuya. Por el contrario, si acabas de hacer el último pago de tu préstamo estudiantil, verás cómo ese número sube. Solo sabrás cómo está tu situación financiera si haces un seguimiento constante.

Una vez empieces a registrar tu patrimonio neto, podrás ver si estás viviendo dentro de tus posibilidades o, sin darte cuenta, saboteando tu camino hacia la estabilidad financiera.

Vive por debajo de tus ingresos

Una forma simple pero increíblemente eficaz de aumentar nuestro patrimonio es vivir por debajo de lo que ganamos. En otras palabras, gestionar las finanzas con un presupuesto claro.

Los gastos más importantes, como la vivienda y el transporte, son los primeros que deberías revisar. Aunque el salario bruto medio en España ronda los 28.300 euros anuales (según datos del INE), un porcentaje enorme de esos ingresos se va directamente a la vivienda y el transporte. En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, no es raro que solo el alquiler o la hipoteca consuman más del 40 % del sueldo neto.

Si a eso le sumas las cotizaciones a la Seguridad Social, impuestos (IRPF), y gastos mensuales como la comida, las facturas de suministros (luz, agua, gas) y el teléfono, queda un margen muy estrecho para construir un colchón financiero o invertir.

Sin embargo, hay formas de empezar a generar patrimonio y compensar parte de esos gastos. Para empezar, podrías convertir tu vivienda en un activo que genere ingresos, por ejemplo, alquilando una habitación libre. También es fundamental recortar gastos siempre que sea posible. Como dice Scott Trench en Set for Life:

«Trabajos extra, actividades freelance o trabajos los fines de semana pueden acelerar esta fase de acumulación. Pero el verdadero factor determinante es tu nivel de gasto. Recorta todo lo que no te aporte felicidad. No te olvides de disfrutar la vida, pero entiende que gastar sin pensar puede borrar horas o incluso semanas de esfuerzo. Ahorra para alcanzar tus primeras oportunidades reales».

Cuando se trata de nuestros gastos, no se trata solo de los grandes, como la hipoteca, el alquiler o las letras del coche. También influyen las pequeñas cosas: la pizza para llevar de los viernes o ese helado que acaba en el carrito de la compra sin pensarlo demasiado.

Así como los pequeños pasos nos acercan a grandes metas, los pequeños gastos pueden acumularse y convertirse en una carga financiera. Puedes ayudarte usando una plantilla de presupuesto personal como esta

Adquirir buenos hábitos siempre vale la pena. Cuando trabajamos en mejorar aquellos que afectan nuestras finanzas personales, estamos dando pasos reales para aumentar nuestro patrimonio y fortalecer nuestra estabilidad económica.

3. Establece una meta en torno a tu patrimonio neto

Una vez que conoces tu patrimonio neto y haces un seguimiento regular de este, puedes empezar a sacarle provecho. Es decir, puedes usar esa información para fijar metas financieras fundamentadas. Por ejemplo, podrías proponerte aumentar tu patrimonio neto en un 5 % cada año. Sea cual sea tu objetivo, una vez que sabes cuál es tu punto de partida, empezarás a hacerte preguntas más estratégicas al respecto.

Tu patrimonio neto puede crecer gracias a acciones que tomes en distintos niveles de tu situación financiera. Si estás empezando, quizá lo más eficaz sea revisar tus principales gastos y reducirlos, o bien encontrar formas de generar ingresos a partir de ellos. Tal vez tu hipoteca o alquiler representa la mayor parte de tus gastos. De hecho, en España, de media se destina más de un 40 % de los ingresos anuales a la vivienda. Para reducir ese gasto, podrías plantearte alquilar una habitación o alquilar tu casa a viajeros mientras estás fuera, cobrando una tarifa.

Cuando el patrimonio neto es más alto, hacerlo crecer puede ser un proceso más complejo. En estos casos, invertir en un negocio, por ejemplo, puede ser una forma efectiva de aumentar el valor de tus activos. Las personas que ya han acumulado un patrimonio considerable necesitan sumas significativas para seguir incrementándolo. Sea cual sea tu situación, hacerte las preguntas adecuadas con honestidad es clave para impulsar el crecimiento de tu patrimonio.

Los buenos hábitos siempre valen la pena. Al enfocarnos en mejorar aquellos que influyen directamente en nuestra riqueza personal, estamos trabajando en cambios que, con el tiempo, nos ayudan a aumentar nuestro patrimonio neto.

¿Tú haces un seguimiento de tu patrimonio neto? ¿Tienes algún hábito que creas que marca la diferencia a largo plazo? Cuéntanos en los comentarios y no olvides suscribirte a nuestro blog para más contenido, investigaciones y recursos.

Este es un Post traducido de KellerINK, Publicación Oficial de Keller Williams.

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