Lecciones de los mayores fracasos del mundo
Lecciones de los mayores fracasos del mundo
Si hay algo que puedes tener en cuenta cuando escuchas una historia sobre el ascenso a la fama de alguien, es que probablemente pasaron por un período de fracaso. No importa cuál sea la industria, deporte o medio, los mejores aprenden de sus fracasos y de los fracasos de los demás.
El fracaso es la mejor herramienta de enseñanza de la vida. Si nos lo dieran todo hecho, ¿qué lecciones aprenderíamos? ¿Cómo evolucionaría nuestro trabajo? A nadie le gusta perder, pero nos hace trabajar más, ser más sabios y hacernos más fuertes.
Barbara Corcoran, una de las “Sharks” en Shark Tank, no solo acepta el fracaso, sino que tiene todo un mantra detrás basado en la inversión de personas que han tocado fondo. Fue invitada al pódcast de Business Insider, “Success! How I did it”, donde explicó:
“Mi preferencia hacia la persona con menos recursos que está saliendo adelante es que, generalmente, tiene más hambre. Está más herida. Tiene que demostrar más”, continuó Corcoran. “Han tenido finales difíciles y están acostumbrados al fracaso y, por Dios, ¿qué es más importante a la hora de construir un negocio que fracasar?¨
Si lo estás clavando a diestro y siniestro, no te estás exigiendo al máximo: estás cómodo. Para la mayoría de nosotros, el éxito no llega de la noche a la mañana. Hay horas y horas de práctica, de revisar nuestras experiencias pasadas y usar esos momentos como combustible para abrirse camino y llegar al siguiente nivel.
Algunas de nuestras figuras más amadas de nuestra cultura han pasado un mal rato, pero porque se negaron a rendirse y a dejar que el fracaso les ganara, hoy todos hemos salido ganando. Aquí hay algunos de los fracasos más famosos y de las lecciones que inspiraron. Esperamos que estos te ayuden en tu propio camino hacia el fracaso extraordinario y, finalmente, hacia el éxito extraordinario:
#1 Albert Einstein
Puede que a algunos les sorprenda saber que uno de los hombres más inteligentes que ha existido suspendió un examen de ingreso a una escuela. Bueno, así fue. Al postularse a una escuela politécnica en Zúrich, Einstein no logró aprobar varias asignaturas. Más tarde consiguió entrar en otra escuela y se graduó por los pelos.
Ya fuera por razones políticas, académicas o personales, Einstein se encontró en una situación dudosa tras la graduación. Su objetivo inicial era conseguir un puesto de trabajo en el mundo académico donde pudiera estudiar su pasión, pero no funcionó. Con la ayuda de un amigo, consiguió un puesto en la Oficina de Patentes de Suiza.
Einstein podría haberse conformado con su trabajo en la oficina de patentes y haber ido ascendiendo lentamente dentro en la organización. Pero eso no era lo que quería en la vida. Mientras trabajaba ahí, dividió su tiempo en bloques de ocho horas entre el trabajo de patente, el trabajo científico y dormir. Al usar este régimen, llegó a escribir y publicar cuatro artículos que no solo cambiarían nuestro entendimiento de la física para siempre, sino que también le consiguieron la carrera académica que tanto quería.
La moraleja aquí es siempre saber a dónde quieres llegar y utilizar tu tiempo de una manera que te acerque a ese resultado. Einstein ya pasaba ocho horas al día en la oficina de patentes y podría haber sido fácil conformarse con esa vida, pero fue cuidadoso para que eso no pasara. Al bloquear su tiempo libre, fue capaz de darse el espacio que necesitaba para progresar en sus objetivos.
Y si el bloqueo de tiempo funcionó para una de las personas más inteligentes que ha habido, imagina lo que podría hacer por ti.
#2 Oprah
Mucho antes de que Oprah se convirtiera en un nombre conocido (o en multimillonaria), ella era simplemente Oprah Winfrey. Nacida en el Mississippi rural, su vida estaba lejos de ser encantadora. Cuando era una niña, los niños de su clase se burlaban de ella porque su madre no podía permitirse ropa adecuada. Así que, la pequeña Oprah fue al colegio con un vestido hecho de bolsas de patatas. Más tarde, a los 14 años, dio a luz a un hijo, pero falleció. Oprah también fue víctima de abuso por parte de miembros de su familia. Pero, a pesar de tener una infancia llena de tristeza, Oprah lo superó.
Durante su primer año en la Universidad Estatal de Tennessee, llegó a convertirse en Miss Black Nashville y Miss Tennessee. La filial local de CBS se fijó en ella y le ofreció un trabajo a Oprah, el cual rechazó dos veces. No fue hasta que su profesora de oratoria le animó diciéndole que esa “era la razón por la que la gente iba a la universidad” que aceptó el trabajo. Oprah fue la primera mujer afroamericana en presentar las noticias de la noche en Nashville. Tenía 19 años y seguía siendo una estudiante universitaria.
Después de trabajar en Nashville, Oprah trabajó como presentadora en Baltimore pero pronto pasó a ser copresentadora en el programa “Baltimore is Talking”. Siete años después, su siguiente paso sería el que hizo su carrera: Chicago. Se unió a un programa matutino de ABC, llamado ¨A.M. Chicago¨, que estaba teniendo dificultades y, al cabo de un año, el programa pasó a llamarse ¨el programa de Oprah Winfrey¨. Desde ese momento, el tren no se volvió a detener. Oprah pasó de unos comienzos humildes a convertirse en una de las personas más influyentes del mundo.
Aquí hay dos lecciones de fracaso. La primera es que el lugar donde empezamos no determina dónde acabamos. Nuestras elecciones determinan eso. La segunda lección es que siempre deberíamos darnos la oportunidad de fallar. Como Oprah al rechazar su primera oferta de trabajo, si no damos ese primer paso, ya estamos fallando. Permítete fallar y te darás la oportunidad de ser quien quieras ser.
#3 Michael Jordan
A pesar de estar retirado desde 1999, Michael Jordan es aún uno de los atletas más famosos del mundo. No importa donde te encuentres, siempre estarás con alguien que sepa lo que significa el número “23”. Pero, para Jordan, ese récord legendario no llegó fácil.
Jordan intentó entrar en el equipo universitario del instituto Laney. Le rechazaron y le dijeron que tenía que jugar en el equipo júnior. Esto le volvió loco porque su decisión no fue por su habilidad, sino por el tamaño, antigüedad y estrategia. Él decidió utilizar el fracaso como combustible.
“He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. Veintiséis veces me confiaron el tiro ganador y fallé. He fallado una y otra vez en mi vida. Y por eso tengo éxito.”
Jordan nos enseña que el esfuerzo importa. Aprendió a exprimir cada gota de oportunidad de las circunstancias que le tocaban. Sería fácil fracasar una vez, ser relegado y aceptarlo. En lugar de eso, utiliza este tipo de fracasos como trampolines para crecer. Rétate a ti mismo y aprende donde puedas. Cuando consigas otra oportunidad, la cogerás y estarás más cerca que antes.
#4 Walt Disney
¿Te puedes imaginar un mundo sin el nombre de Walt Disney? Hay pocos nombres en la historia tan influyentes y cruciales como el de ese chico larguirucho de las afueras de Kansas City. Pero, mientras todos soñamos con visitar Disneyland o Walt Disney World, la historia detrás del hombre que soñó el mundo en el que tanto nos gusta jugar es bastante más compleja.
Mucho antes de Mickey Mouse, Walt Disney abandonó el instituto, pues quería cumplir con su parte en la Primera Guerra Mundial. Después de la guerra, Walt se unió a su hermano Roy en Los Ángeles para hacer dibujos animados, pero el camino no fue coser y cantar. El primer estudio de animación de Disney se llamó Laugh-O-Gram, donde modernizaba versiones de las fábulas de Esopo. Al final, el estudio entró en bancarrota y Walt volvió a casa. Más tarde, con 40 dólares en el bolsillo, Walt hizo otro fatídico viaje desde Missouri a California para empezar de nuevo.
Por suerte, en el tren de camino a L.A., a Walt se le ocurrió su golpe maestro: Mickey Mouse. Mientras el público se enamoraba de las aventuras de su ratón animado favorito, Walt no había terminado de abrirse paso. Estaba obsesionado con subir de nivel, no sólo con hacer más dibujos animados para ponerlos antes de las grandes películas, él quería ser la gran película.
Así que, Walt Disney se lanzó a crear su primer largometraje de dibujos animados: Blancanieves. Decir que Hollywood no estaba emocionado sería quedarse corto. Algunos se referían a la película como “la locura de Disney”.
Cuando Blancanieves salió en cines, el público quedó fascinado. No sólo por la espectacular animación, sino porque estaba en color, un reciente avance tecnológico. La película ganó más de 8 millones de dólares, lo que equivale a unos 130 millones de dólares actuales. En los Oscars de 1938, Blancanieves ganó el Oscar a la Mejor Película, y a Walt le dieron un Oscar normal y siete en miniatura para simbolizar a los Siete Enanitos.
A comienzos de los años 50, Walt ya no era el foco, aunque sus películas se seguían vendiendo muy bien. Fue ahí cuando se le ocurrió la idea de Disneyland. Hasta ese momento, los parques temáticos estaban bastante deteriorados. Walt quería algo diferente, un lugar donde los niños y adultos alucinaran.
Walt llamó “Domingo Negro” al día en que abrió Disneyland. Los cables eléctricos de Fantasyland fueron cortados por algún desconocido saboteador y la gente se quedó atrapada en las atracciones por horas hasta que llegaron los bomberos al rescate. Los tacones se hundían en el asfalto recién echado. Hubo una fuga de gas natural que obligó a acordonar y cerrar Tomorrowland. (Aparentemente, brotaron llamas azules alrededor del castillo de La Bella Durmiente). Y sólo unos pocos baños funcionaban debido a una huelga de fontaneros.
Los titulares del día siguiente fueron demoledores: “El sueño de Walt, una pesadilla” y “Disneyland abre entre atascos y confusión”. Y algunos dueños de ferias invitados a la inauguración le dijeron esa noche durante una cena que el parque solo duraría seis meses.
Según algunos de los que trabajaron con él, la mejor característica de Walt era que siempre miraba hacia delante. No gastó mucho tiempo recreándose en lo que deberían haber hecho, se centró en lo que deberían hacer después para triunfar. Solucionaron los problemas uno a uno y al final de su primer año, Disneyland recibió 1,2 millones de visitantes. Al año siguiente, la cifra se triplicó. El parque se convirtió en una fuente tan importante que Disney dio el visto bueno a un proyecto de transformar 30 000 acres de pantanos en Florida en una versión más grande llamada Disneyworld. Y aunque murió antes de que abriera el parque, su visión sobrevivió gracias a aquellos que le rodeaban. El resto, como dicen, es historia.
Cuando hablamos de historias de fracaso, solemos centrarnos en un solo momento determinante. La verdad es que el fracaso es una ocurrencia continua y pasa con más frecuencia a medida que tu mundo crece.
Si te has marcado grandes metas en tu vida y estás comprometido a realizarlas, deberías saber que también te has comprometido a afrontar muchos fracasos. Las historias como la de Disney son mágicas, pero no ocurren con un simple toque de varita. Cuando estos fracasos frecuentes ocurran, afróntalos paso a paso. Mantén la mirada fija en tu objetivo y camina hacia atrás para encontrar soluciones. Pero, sobre todo... ¡nunca dejes de avanzar!
¿Alguna vez has experimentado algún fracaso o contratiempo que te impulsó hacia adelante? Cuéntanos sobre ello en los comentarios. Y no olvides suscribirte a nuestro blog para leer más artículos inspiradores.
Este es un Post traducido de KellerInk, Publicación Oficial de Keller Williams.
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